miércoles, 19 de enero de 2011

cigarros electronicos

Después de doce días sin nicotina en mi cuerpo he decidido darme un capricho un poco jilipollas pero que me andaba rondando la cabeza desde que deje de fumar: un cigarro electrónico. En un descanso del curro voy como un poseso a la farmacia y la farmaceútica me comenta que tienen el deshechable que vale 11 euros y tiene para 200-220 caladas o el recargable que son 33 euros y te viene con 2 cartuchos pero que luego los puedes comprar aparte. Lo flipo.Al final me decido por el placebo más barato. Me pregunta qué sabor quiero y le digo que sabor a tabaco, por supuesto.A mi vuelta de la farmacia lo enseño a mis "compañeros" de trabajo y todos quieren verlo, pero noto como todos me miran como diciendo "Pobre chaval".

El caso es que voy a casa y después de comer monto el cigarrillo y empiezo a darle caladas. Noto como un sabor a polvos bastante agradable en mi boca y me corro de alegría al soltar humo ( en realidad es vapor) por mi boca. Guau!! ¡Qué recuerdos! Me crea mucha tensión que sobre las 200 caladas se acabe y entonces intento contar las caladas. La verdad es que no me sacia y podría estar todo el día dándole caladas a ese cigarro. Estoy tumbado en el sofá como un marajá oyendo "Carne cruda" en la radio y exprimiendo ese cigarro.Mola que la punta se ponga roja. En fin, la estupidez humana no conoce límites. Si el Gary Oldman de "El clan de los irlandeses" me viera haría esto exactamente

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